Deleter Taller

Este pizarrón colectivo nos convoca a hacer de esta aventura una comunidad interactiva. Poesía y Narrativa; Narrativa y Poesía, sin tiempo ni lugar.

domingo, agosto 27, 2006

A Carina

REFLEXION


… De lo que ganamos cuando perdemos…


Te leo hoy que ya es Agosto y pienso que podría haberte mandado parte de lo que perdiste cuando “el invierno se anunció en tu territorio de manera extraña” y se fugaron tus archivos… No lo hice y hoy parece que yo también perdí algunos míos… Nunca fueron un proyecto de novela, como me dijiste por teléfono del tuyo, pero eran algo también. Ahí puede que todavía estén en un espacio que creemos manejar con nuestros teclados pero que, a veces, se levanta caprichoso y hace desaparecer nuestros trabajos, robándoselos todos. La pregunta es si tiene a alguien destinado para entregárselos…

De los meses que pasaron, años parecieron el algún momento, puedo verme claramente cerrando un círculo abierto hace tiempo. Luchar con esa inercia de lo ejercitado cuando fue necesario abrirlo, significó para mí un esfuerzo mayúsculo. Sabía que quería volver, sabía lo que buscaba y sobre todo recordaba el semblante de la que abrió ese círculo.
Ambos pelearon sin cuartel. Ella sola, enfrentada a un batallón de motivos por los cuales había partido en caminos distintos hasta entonces.
Fueron meses de lucha, de pelearme, como el Quijote, con molinos de viento. Como él, a veces también hasta la locura. Fue tan intenso mi combate que el pulso temblaba, tiritando a la hora de escribir. No salía ni un párrafo coherente. No encontraba en los ratos que sobraban al combate, en esas treguas, la luz para ver el papel. El ánimo había quedado también en la trinchera.

Sentía llegar el momento último y estiraba mi mano para alcanzarlo pero siempre se corría un paso más atrás. Por eso los meses parecieron años para mí.
No dejé, sin embargo, que el miedo me acompañe: - No heraldo caballero, esta guerra no es tuya - le dije - para miedos ya tuve bastantes, fue mucha la oscuridad para creer que ahora también me invadirá la noche. No señor, no te quiero en mi monta. Aprendí a cabalgar sola…
No había miedo, sólo una inquietud de creer que podría ser desagradecida. Y la pena de dejar, que es distinta a la rabia de perder…

Hoy escribo desde la otra orilla, parece que crucé el canal sin ahogarme. Parece que enciendo la luz de a poco. Renazco en medio de lo que tanto busqué. El tiempo ya no me traiciona fugándose delante de mí. El tiempo empieza a acompañarme acomodándose a lo que yo le pido… Yo, primera persona singular. No lo había pensado…
De mi reflexión inventaria aparece esto y creo haberlo conversado también contigo. Tú me decías que si costaba era porque había mucho dentro y yo no te creía en medio del fragor de la batalla. Hoy, más allá del archivo perdido, lo recuerdo claramente y empiezo a coincidir contigo.





Carina,

Me parece maravillosa esta reflexión y, casi como maestra rural me alegro de que algunas palabras mías –auspiciosas o augurantes- lleguen ahora a los oídos tuyos nuevos o renovados. Los que antes no podían escuchar lo que yo sí escuchaba de tus propias palabras escritas delante de mí.
Mi talante de guerrera me permitió decir: “Lo que se perdió, se perdió por algo. Hay que empezar de nuevo”, pero me ganó un vacío un largo tiempo. Ahora empiezo otra vez a teclear y rememoro la famosa frase del ilustradísimo místico español: como decíamos ayer…
Porque si perdura, si es inevitable, si golpea a nuestra puerta insistente es necesario abrir, aunque no sepamos a qué destino conduce esa apertura. No nos movemos en el terreno de las certezas, aquí. No nos movemos en la ardua, pero segura verdad de la ciencia, nos movemos en el lenguaje, ese etéreo universo que es tal vez el de la palabra divina, incomprensible, etérea, vaga, inasible. Intentamos un abecedario que comienza, quizás, como algunos creen (un iluminado compatriota tuyo, sin ir más lejos) con la letra Aleph. Y mientras lo digo me doy cuenta de la duda, que es en el arte el modo de existir.
Todo está por inventarse. Tomemos la copa que se ofrece.
Volver es también avanzar. ¿Otra vez Roja?
Te respondí que la esperaba. Creo también que ella espera por ti, lo que en mis suposiciones críticas equivale a decir: ESPERAS POR TI.
Un abrazo gigante